
Puedo testificar que tengo más pasado que futuro, y en ese delicioso pasado viven muy presentes las memorias de una caminata, el camino que había que cubrir entre E´Alto de Aboño y Carrió, en los primeros años de escuela. La verdad, varias décadas más tarde, es una formidable entelequia la geografía vivida con la actual.
Cuando los intereses económicos superan con creces cualquier otra motivación, sucede que la memoria se vuelve frágil, y tanto uno como otro Municipio en el caso de esta discordia solo les mueven los favores mercantiles.
Me imagino a Laureano partiéndose de la risa, Laureano vivió en un paraje excepcional, hermoso. Hoy a Laureano le advierten que habita un entorno excepcionalmente agresor a la vida, pero nadie hace nada.
¡Pero bueno neñu! que ye, ya no se acuerden de les cases La Morena, ni de la estación del Llangreu, entós, como van saber donde taba el cenoviu…, noo..., si ya me lo dixo Riego, una de les últimes veces que pasó por aquí, no tienen papeles… jejeee


Pues ya ves Laureano, tienen que venir ingenieros técnicos en topografía del Instituto Geográfico Nacional pa que nos aclaren como yera esto. Por cierto, aprovechando tal visita, bien se podía poner en orden los cambios en la topografía de la zona, habida cuenta las diversas actuaciones de la Autoridad Portuaria gijonesa en Torres y su entorno.
Y sucedió que el pez pequeño, salvado uno de sus más ilustres ciudadanos de la impertinencia generalizada dejó escrito:
D. Marino Busto García (1984) - Historia del Concejo de Carreño en la General de Asturias.
“De vez en cuando a lo largo de los siglos, Gijón ha suscitado la discordia sobre los lindes con nuestro concejo por la parte de Aboño, en renovado propósito de fijarlos en la margen derecha del cauce del río.
La cumbre de la Campa Torres, río y estero, han sido causa de litigios y pleitos por los repetidos intentos gijoneses de ampliar su municipio, a propio beneficio, en lo antiguo, para aprovechamiento de las junqueras de la marisma y, en lo más cercano e inmediato, de la fuente de riqueza industrial.
Mas Carreño, apeos en mano, siempre ha demostrado que el cauce del río no constituía el limite, sino las aguas vivas que anegaban el estuario y llegaban a la falda casi vertical de Torres, cuya cumbre de aguas vertientes a Aboño, marcaban geográficamente los lindes naturales.
A más abundamiento, históricamente no queda duda que las tierras situadas en la margen derecha del río (entre éste y la falda de la Campa) donde cerca del mar estuvo el monasterio de S. Juan de Aboño, pertenecieron toda la vida a Carreño. El P. Maestro Fray Manuel Risco, afirma:”Estaba en territorio de Carreño, jurisdicción de Gozón a orillas del mar” (1). Igualmente lo sostienen muchos importantes autores, entre ellos el canónigo historiador González Posada (2) y Francisco Javier Fernández Conde (3).
Al presente, los sitios de emplazamiento del Monasterio y toda la marisma, se han transformado y enterrado bajo el continuo movimiento o depósito de tierra y escombros.
(2) Carlos G. Posada. Mss. R. A. H. Leg. 105. Carreño. M. 1790.
(3) F. Conde. ”El Monasterio de S. Pelayo de Oviedo”. Colección Diplomática 996-1325. Pág. 61-62. Oviedo.1975.
Pasado más de un siglo (año 1906) para base del ferrocarril de Veriña al Musel fue rellenada parte de la marisma y la del río saneada por la Compañía del Ferrocarril de Langreo, a partir del viejo camino Gijón Candás hasta la vía antes mencionada. El espacio saneado sería dedicado “al cultivo y construcción de edificios anejos a la estación de Aboño del ferrocarril de Sotiello al Musel…” (4)
En definitiva, el estero se ha cerrado y la marisma antes anegada por el agua se ha convertido en suelo industrializado. El río en algunos lugares ha cambiado el cauce y las aguas vivas de las mareas no llegan a la falda de Torres que, ésta sí, continúa inamovible, aunque en algún trozo inmediato a Muniello la extracción masiva de piedra destroza y modifica su contorno.
El año 1698, pleitearon en la Chancillería de Valladolid los vecinos de Pervera, Carrió y Albandi, contra los de Jove y Veriña, que pretendían aprovechar conjuntamente el junco, arena y rozo de la marisma, considerados como propios por los primeros, habitantes de Carreño, que probó a la Justicia que aquellos “términos y límites estaban apeados en virtud de reales provisiones ganadas el año 1595” (5)
A mediados del siglo XIX, en un acta municipal se expresa:”Enterada la Corporación Municipal de la exposición de don Ramón de Prendes Hevia, don Ramón de la Vega y otros vecinos de Carrió, relativa a haberles impuesto el Ayuntamiento de Gijón, contribuciones, y despachado carteles por los terrenos que poseían al norte o derecha del río Aboño en el término denominado “las Cabañas” perteneciente a la referida parroquia según los apeos hechos en 1712, en donde hablando de ella se dice: “Declaramos ser común y realengo la junquera que está dentro de los límites de esa feligresía de una parte y otra del río y desde la Peña del Halconera hasta la Punta de Torres, aguas vertientes a Carreño”, resultando que, en vista de lo que aquellos arrojan y demás instrucciones que se tengan a bien tomar, se eleve al señor Jefe Político para la resolución conveniente, se ha resuelto por unanimidad teniendo a la vista el apeo de que va hecho mérito que, certificándose a continuación de la solicitud de los vecinos de Carrió lo que resulta de ellos en la parte concerniente a los límites del Concejo, se ofrece al Ayuntamiento de Gijón, acompañándole copia de la enunciada exposición a fin de que se sirva manifestar las razones en que e apoya para imponer a aquellos vecinos las contribuciones que refieren por los terrenos que indican en la demarcación de este Concejo según los apeos que se tienen a la vista y que, entre tanto, no molesten a los recurrentes” (6).
(5) Arch. Mun. Actas agosto, 1698.
(6) Arch. Num. Act. 15-III-1846.
Y continúa D. Marino, enseñando y documentando anécdotas y sucedidos, para terminar exponiendo:
“Hasta fechas cercanas del siglo que corre (XX), el Municipio gijonés varias veces ha intentado cuestionar los limites históricos, reafirmándose, por su parte Carreño, en los relacionados en los susodichos apeos, indeleblemente marcados geográficamente por accidentes naturales. Esto es: “Desde la Peña del Falconera, hasta la Punta de Torres, aguas vertientes a Carreño” (7).
Lindes hasta hoy no modificadas; y de haberlo sido total o parcialmente desconocemos la obligada constancia documental, que no es de dominio público.
(1) “Peña del Falconera: Es una roca, larga y estrecha, en forma de cresta, que desde la cumbre del monte del mismo nombre, desciende al río Aboño, su margen derecha, frente e inmediato al lugar de Muniello.
Estos Municipios, Gijón – Carreño, que tanto interés muestran por su pertenencia, ¿Cuántos dineros invierten en la zona que tan testarudamente dicen ser administradores?
¿A quien solicitan licencias las industrias altamente contaminantes que hay en el valle?
¿Quién controla las actividades de dichas instalaciones?
2 comentarios:
Llevo años buscando el libro de Marino Busto. "Historia del Concejo....". Sé que tiene poco que ver con esta página, pero si sabes como puedo encontrarlo te lo agradecería mucho.
Ana Carreño.
anamorgana@ono.es
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anamorgana@ono.es
Hola,
Lamentablemente “Historia del Concejo de Carreño en la General de Asturias” se encuentra descatalogado, recuerdo en cierta ocasión (más de un año) una entrevista sobre este tema y la promesa de lanzar una nueva edición, que tenga constancia, poco se avanzó en esa posibilidad. En el caso que residas en Asturias, tienes la alternativa de alguna biblioteca pública, Roces, Luanco y supongo que Candás. Si lo que necesitas es algún dato en concreto, no tendría inconveniente en pasártelo, esto, si facilitas una dirección valida.
Saludos, Pablo
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